Ya hemos hecho ver cómo el silencio en el cine puede ofrecer secuencias memorabl
es en géneros cinematográficos tan importantes como el drama o el suspense. Pues bien, es el momento de mostrar cómo en uno tan distinto como es el del humor posee también un enorme valor.
Un paradigma del humor sin sonido tiene un nombre, sin duda: Charles Chaplin, quien incluso cuando ya existía el cine sonoro se atrevió a seguir encarnando al silencioso Charlot y dejó así al mundo los largometrajes más memorables y desternillantes de su carrera.
El fragmento que hemos seleccionado corresponde a la película El Gran dictador (1940) cuyo tema principal es una sátira de Hitler. En este fragmento Charles Chaplin e
ncarna a un barbero que realiza su trabajo siguiendo el ritmo de la Danza húngara nº 5 de Brahms. Sólo se escucha el locutor de radio que anuncia la canción y a Charles Chaplin al final cuando le pide al cliente que le pague. Durante toda la secuencia los movimientos van al compás de la música.

Un paradigma del humor sin sonido tiene un nombre, sin duda: Charles Chaplin, quien incluso cuando ya existía el cine sonoro se atrevió a seguir encarnando al silencioso Charlot y dejó así al mundo los largometrajes más memorables y desternillantes de su carrera.
El fragmento que hemos seleccionado corresponde a la película El Gran dictador (1940) cuyo tema principal es una sátira de Hitler. En este fragmento Charles Chaplin e
